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SOBRE EL CONVENIO DE UNIÓN CIVIL

(Fragmentos extensos del texto  del Departamento de Igualdad de las Mujeres del Comité Central del KKE que fue publicado en la Revista «Kommounistiki Epitheorisi», el órgano teórico y político del Comité Central del KKE, en el 1er ejemplar del 2016).

 

El 22 de diciembre de 2015 fue votada en el Parlamento la ley denominada «Convenio de Unión Civil, ejercicio de derechos, disposiciones penales y otras», con el proceso de votación nominal.  En la votación de principio, 193 diputados votaron en favor y 56 en contra. Los grupos parlamentarios de SYRIZA, PASOK, POTAMI y  de la Unión de Centristas  votaron en favor de la ley. Hubieron diversificaciones en el voto de los diputados de Nueva Democracia y de ANEL.

La iniciativa  legislativa en esta dirección fue  presentada todo el período anterior, tanto por la prensa electrónica y regular como por diversos grupos de homosexuales  como «un paso adelante para Grecia contemporánea»,  «partiendo desde el principio de la igualdad y con la mirada hacia Europa».

 

EL POSICIONAMIENTO DEL GOBIERNO, DE LOS DEMÁS PARTIDOS Y DE LA IGLESIA

Punto de partida común del posicionamiento de todos los partidos o diputados que están en favor de la votación del proyecto-ley  es por una parte el reconocimiento de las decisiones de los juzgados  internacionales y la experiencia internacional y por otra la alegación de los «derechos humanos».

Por una parte, votan en favor de medidas que aplastan derechos sociales, laborales, de seguridad social y por otra quieren aparecer,de forma hipócrita, como defensores de los derechos de las personas con comportamiento sexual diferente, es decir hacia el mismo género  y con opción de  unión.  Intentan  esconder que nadie, independientemente de su orientación sexual, no está exento o exenta del ataque coyuntural contra los derechos populares y obreros. La gran mayoría de estas personas sufren y sufrirán las consecuencias de esta política, tal como los demás. 

Por ejemplo, alegan los derechos de pensión entre dos personas que proceden a un convenio de  unión civil, mientras se está llevando a cabo un nuevo ataque contra el sistema de seguridad social, que limita la provisión de pensión de  viudedad, lleva a la disminución de las pensiones aún más.  Esconden de forma meticulosa que derechos sociales universales, como el trabajo estable y permanente, la protección médica y farmacéutica para todos, independientemente de si están asegurados o no, no  se  satisfacen porque  se sacrifican en el altar de la competición y de las ganancias capitalistas.

El Amanecer  Dorado no sólo votó en contra  de la ley, sino también, tal como se ve, intensifica sus ataques  verbales y físicos  contra los homosexuales, con importantes responsabilidades por la focalización en contra de ellos. Por otra parte, su reacción al proyecto-ley  surge de posiciones reaccionarias de elogios a la familia como núcleo de reproducción de la sociedad, en la línea ideológica conocida  como «patria-religión-familia».También la Iglesia  se posiciona de forma negativa partiendo desde un punto reaccionario, con la  decisión del Sínodo Sagrado Continuo.

La Iglesia considera la familia y el matrimonio (por supuesto que reconoce sólo el matrimonio religioso) como  instituciones necesarias para la educación de los niños con el cristianismo ortodoxo en el epicentro.  Es decir que considera la familia como un complemento  necesario de la Iglesia afín de que los niños  adopten  la  teoría  religiosa metafísica. Por lo tanto, la Iglesia  se opone al proyecto-ley  desde una perspectiva de  defensa de la formación de «buenos cristianos». Directa o indirectamente, reconoce como fin de la relación sexual la  obtención de hijos.

Es  característica la estimación del Sínodo Sagrado Continuo según el que «ya estamos experimentando la  mutación teológica y social profunda de la institución de la familia (....) las formas  alternativas  de la familia  se consideran  desvíos de la familia.  Se trata del matrimonio civil, la  familia monoparental, la unión libre y el llamado matrimonio homosexual», considerando como causa por la crisis en la familia  moderna el modo de vida «materialista y nihilista».  La Iglesia propone  la «reconsideración» de la familia a través de su conexión con la parroquia local y toma medidas prácticas en esta dirección, fundando también escuelas  de padres en algunos barrios.  Al mismo tiempo, consideran  el funcionamiento regular de la familia como factor de salida de la «crisis ética» y, por lo tanto de la crisis económica, en la base del modo  de concepción, de vida y de pensamiento idealista, metafísico. Son percepciones reaccionarias, que defienden la sumisión de las masas obreras y populares al poder capitalista, el compromiso con la  falta de servicios sociales para los niños, los mayores, los discapacitados, la  adicción a  la caridad como sustituto, de una u otra forma.

 

LA BASE TEÓRICA DEL CONFLICTO

Desde la votación de la ley  en 2008 (Ley  3719), sobre todo desde el 2013 y también durante el debate sobre las modificaciones y después de éste, hay una tormenta de publicaciones, de emisiones informativas y de  diversión, series, jornadas «científicas», no sólo en universidades, que ponen en la misma base la relación heterosexual y homosexual y cultivan la familiarización correspondiente.  Se proyecta la aspiración por un régimen institucional de matrimonio y sobre todo  el reconocimiento del derecho a la adopción y a la  reproducción asistida como padres comunes.

En el debate público organizado se proyecta el argumento que «si uno de los dos homosexuales tiene derecho a la adopción, y el niño crece con los dos, entonces ¿por qué no reconocer la adopción común?». Se proyectan también casos como la firma de un convenio de Unión Civil entre 3 mujeres en Brasil que  además se están preparando a proceder a fecundación artificial.  Además, se están publicando  investigaciones sobre los ataques contra homosexuales por grupos  organizados, reflejando el Amanecer Dorado.  La base material se ve en la publicación de estudios económicos en los E.E. U.U sobre la familia homosexual. Por ejemplo, en el primer año de su institucionalización, el matrimonio homosexual aportó 259 millones de dólares de ganancias, probando que el dios de la sociedad capitalista son las ganancias.  Además, todo el tema del derecho a la herencia se difundió por personas  del mundo de los espectáculos con gran patrimonio.

Se está aspirando en la institucionalización de la unión  homosexual en nombre de los derechos humanos, con el establecimiento de los derechos individuales, incluyendo los sexuales en el epicentro.  La  institucionalización legal de la unión de personas con orientación homosexual se proyecta como un establecimiento de derechos de una minoría.  Es un aspecto de la percepción burguesa sobre los derechos individuales, el pluralismo, el derecho a la diversidad, la  autodisposición del cuerpo. Se está  especificando en la consigna «estoy libre para probar y después elegir una identidad sexual».

La  orientación homosexual o la  aleatoriedad entre orientación homosexual y heterosexual se presenta por partes de intelectuales y  de artistas, sobre  todo hacia  partes de la juventud, como un comportamiento anti-convencional, anti-régimen, radical, como «vía» para sobrepasar  percepciones anacrónicas sobre la posición de la mujer en la sociedad, la sexualidad, como una forma de conflicto con el poder, que está basado  en una sociedad  dominada por los hombres.  Se  proyecta que «la identidad sexual es algo  inestable», socialmente y linguisticamente construido. Se trata de la corriente filosófica del posmodernismo, que llega a negarse la objetividad del género biológico, del cual surge  la orientación sobre todo heterosexual.   Se defiende que «el genero no es lo  que somos, sino lo que  servimos».

Sobrepasa o distorsiona las causas de clase que llevaron a la posición diferente de los dos géneros y de las  clases dominantes en el desarrollo de la sociedad, del hogar  primitivo  hasta la primera sociedad con clases. En el paso de una formación socioeconómica a otra, aparece  un producto excesivo entre los productos que producían por la satisfacción de las necesidades de la comunidad.  Sobraba una parte, a causa del desarrollo de los medios y de los objetos del trabajo, del cultivo de la tierra, de los animales, que entraron en la propiedad del hombre, que expropiaba el producto excesivo. El dueño del producto excesivo  empezó a alejarse de la necesidad del trabajo por la supervivencia.  Explotaba el trabajo de los  presos de guerra, de los esclavos.  La mujer no podía sobrepasar sus diferencias biológicas con el hombre, a causa de las que estaba más  débil ante la naturaleza. Por la protección de la reproducción de la especie, no podía alejarse del hogar comunista, que perdió su carácter social con la primera división de la sociedad, la  explotación del hombre por el hombre.  Además, se formó la necesidad de  transmisión hereditaria de la  riqueza a  los  «puros»  sucesores del hombre.  Se estableció la dominación del hombre sobre la mujer, a nivel individual y social.

Sobrepasando las causas sociales que impusieron comportamientos sociales completamente diferentes entre los dos géneros, estas teorías se conducen a la negación de las diferencias  biológicas entre hombre y mujer, se niegan  finalmente la objetividad de la identidad biológica de la identidad del género. 

En esta base,  la opinión de que cada persona  pertenece, de forma natural e inevitable a un género, se considera un engaño. Estas teorías absolutizan la influencia existente de la sociedad a una serie de percepciones sobre los géneros (que a menudo funcionan como forma de legalización de las desigualdades y las discriminaciones contra las mujeres).

Vale la pena resaltar que estas  percepciones se promueven oficialmente como educación en ciertas facultades universitarias, mientras se está buscando por ciertos vectores la extensión de su enseñanza en la educación escolar (ya  se debate en los vectores de los docentes).

Vale la pena recordar que esta abordación ideológica-teórica se basa en una serie de países y a través de ciertas prácticas políticas.   Alemania reconoce desde 2013 el «tercer genero-género indefinido», mientras Francia  reconoce  desde octubre de 2015 el «genero neutro».  En el Museo de Arte Americano Whitney en los  E.E.U.U hay  baños para «todos los géneros».  En un parvulario  privado en Stokholm de Suecia, se  evita toda referencia al género masculino y femenino, para que los niños nos se  distingan  en función de su género.  Un debate similar ha empezado también en Grecia (previa iniciativa de la la Federación de Profesorado  y del Ministerio de Educación) con jornadas sobre el tema: «Contra la transfobia y la homofobia en la educación». 

Antes de presentar la posición del KKE, hace falta referir que los vectores de las  opiniones mencionadas anteriormente hacen uso de la posición ante estos asuntos como criterio de discriminación de las fuerzas políticas  en conservadoras y supuestamente progresistas.   El uso de la  línea  discriminatoria falsa entre «conservadurismo»  y «progreso»  que a menudo en la Historia ha sido utilizada  en favor del poder del capital, es una tendencia  internacional.  Así, en Francia  se  formó, a ocasión del debate correspondiente, un bipolarismo entre el  Presidente  socialdemócrata «progresista»  Hollande y sus oponentes «conservadores»1..  Al mismo tiempo, se consideró una formación bipolar correspondiente entre progreso  y conservadurismo la oposición entre Obama, como supuesto defensor de los derechos humanos y de Putin, como negador de los derechos individuales de los homosexuales. 

En Grecia, algunos defensores de las opiniones mencionadas anteriormente, caracterizan al KKE como conservador porque revela su contenido anti-científico y reaccionario. La adopción de estas opiniones se utiliza para exculpar diversas fuerzas políticas que «apuran» ideológicamente el apoyo a la política antipopular impuesta por la aspiración del apoyo a las ganancias capitalistas.  El hecho de que tanto los partidos en favor como los en contra de la votación de la ley, y con sus contradicciones internas análogas son, en conjunto con la Iglesia,  defensores  decididos de la sociedad capitalista, es característico para señalar el carácter falso de esta línea de división.  La opción de apoyo al capitalismo (y por consiguiente  a sus necesidades antipopulares en cada fase) es una posición política conservadora, ya que contribuye en el mantenimiento del orden social de las cosas, basado en la explotación del hombre por el hombre. 

El KKE está dando una batalla intensa bajo todas las condiciones para la concentración y la preparación de fuerzas para el derrocamiento de la sociedad explotadora.  Está dando una batalla intensa por la alineación política de todas las fuerzas que están sufriendo la explotación capitalista y no en la base de una u otra particularidad.  Lucha contra la tentativa del poder del capital a separar las fuerzas populares y obreras  según sus particularidades individuales, revelando y apuntando contra su  oponente  de clase.  La línea de separación de la sociedad es objetiva y se  determina por la contradicción entre la burguesía por una parte, y la clase obrera y las capas populares pobres por otra.  En este conflicto que se llama lucha de clases, el KKE está en un polo, y todos los otros partidos (tanto los que estaban en favor, como los que estaban en contra de las modificaciones en el Convenio de Unión Civil y por supuesto la Iglesia) en el otro.

 

LA POSICIÓN DEL KKE SOBRE LA MODIFICACIÓN DE LA LEY SOBRE EL CONVENIO DE UNIÓN CIVIL

El KKE, desde 2008, había expresado sus reservas y su preocupación por el hecho de que el establecimiento del Convenio de Unión Civil por las parejas heterosexuales constituía en esencia  un paso hacia el establecimiento, a través de su expansión, del convenio correspondiente  también para las parejas homosexuales.  Por eso habíamos votado «presente».  De todas formas,  si el  Convenio de Unión Civil no se había establecido por las parejas heterosexuales, entonces Grecia no se habría condenado por  discriminación.  Hay una posibilidad de que Grecia se condene con la misma lógica porque no prevé legalmente el matrimonio de parejas homosexuales con los correspondientes derechos y obligaciones  que  surgen de éste (adopción etc).

Tomando en cuenta la  culminación que siguió, el KKE elaboró más su posición.  Un criterio metodológico  de su abordación constituye  el análisis y la interpretación de la institución de la familia como fenómeno histórico-social.

La familia, tal como todos los fenómenos sociales, se transforma en el marco del recorrido de la evolución de la humanidad. Como fenómeno social, la familia no tenía las mismas funciones sociales y económicas en toda la historia de la humanidad.  Estas variaban según el nivel histórico del desarrollo de las fuerzas productivas, que determinaba también cada formación socioeconómica.  Por ejemplo, en el hogar primitivo comunista, había a menudo no sólo reproducción de la especie y los trabajos de reproducción de la fuerza laboral, sino también trabajos de producción  del producto social, su repartimiento igual en todos los miembros de la sociedad. Progresivamente, fue sustituido por el hogar individual, que perdió su carácter como unidad de trabajo  social. Se limitó en la reproducción de la especie.  En las diversas sociedades explotadoras, desde la  esclavitud hasta el capitalismo, el establecimiento legal de las relaciones familiares no estaba relacionado con derechos sobre las relaciones sexuales.  De hecho, lo que había como legislación, establecía el derecho del hombre de conocer cuales exactamente eran sus hijos, sus sucesores.  De esto surgía también la libertad sexual del hombre en contradicción con la de la mujer.  Un resto de ello era la  penalización del adulterio en el siglo 20  después de la II Guerra Mundial en Grecia y en otros países. 

Es decir que los  derechos  legales o provenientes de las costumbres en el matrimonio no se determinaban según las relaciones sexuales, la orientación sexual, sino en la base se derechos sociales relacionados con la reproducción de la especie, las obligaciones y los derechos de los padres hacia los hijos, la futura mano de obra o los miembros de la burguesía. 

De este aspecto, cada tipo diferente de la sociedad tiene como consecuencia  diversas obligaciones y derechos de los padres tanto hacia los hijos, como entre los ellos.  La forma de regulación de esta relación social, así como las percepciones que la acompañan tiene lugar en el marco de la dominación de ciertas relaciones económicas. 

El matrimonio contemporáneo es la expresión legal de esta relación social, de la familia, sobre todo tal como se formó  en la sociedad capitalista.  Incluye como  elemento central la  custodia, es decir las obligaciones y los derechos de los padres ante los hijos.  De esta base surgen también las obligaciones entre los cónyuges y los derechos de sucesión.  Dicho de otro modo, lo que se regula legalmente no es en general una opción precisa de unión de cada persona, sino la unión que podría llevar a la  obtención de hijos, contribuyendo a la reproducción de la especie.  Así, los derechos sociales surgen de la perspectiva de la obtención de hijos y no de una opción individual de unión en la base de cualquier otra opción, amistosa, sexual, económica, laboral o cualquier otra cosa. Por supuesto que esto no se anula cuando algo así no surge, es decir cuando dos esposos por cualquier razón, no obtienen hijos.

Según lo anterior, el KKE considera que la única forma de expresión de la familia contemporánea tiene que ser el matrimonio obligatorio, completamente separado de la religión. Aparte del matrimonio civil obligatorio, cada pareja debe tener la posibilidad de optar por tener un matrimonio religioso correspondiente. 

En la base de lo anterior, consideramos que la institución del matrimonio civil requiere una modernización en la dirección de la  simplificación, por ejemplo en el proceso de su disolución (con modificaciones  en las disposiciones del Código Civil por el matrimonio civil) y no con el establecimiento de nuevas formas de matrimonio.  Ya se han hecho algunas modificaciones en el Derecho Civil con las que se han equiparado las obligaciones entre los cónyuges, es decir lo que se preveía en la legislación hasta ahora como obligación del marido hacia la mujer, ahora existe como obligación de la mujer hacia el marido:  En los derechos de pensión y seguridad social, de sucesión, los derechos impositivos, los derechos  laborales, la manutención etc.  En todo caso, las modificaciones  legislativas recientes convierten especialmente el Convenio de Unión Civil de las parejas heterosexuales, en una institución casi igual a la del matrimonio, anulando las diferencias que las instituciones tenían según la ley de 2008. 

Por supuesto, el hecho de que el núcleo del contrato matrimonial es la regulación de las relaciones económicas entre los miembros de la familia  (y no podría ser diferente en el capitalismo), eleva a los criterios económicos a algo que afecta la voluntad de los cónyuges para tener o disolver un matrimonio como unión con forma legal.  Por ejemplo, hay parejas que no se divorcian y permanecen en una relación que no les satisface mental, psicológica y sexualmente por razones económicas.  Incluso en el caso que deciden divorciarse, siguen el proceso  legal (que puede llegar incluso a los juzgados) para regular asuntos de custodia de los hijos, para repartir la propiedad común.  Se extiende también a casos de violencia familiar, con  influencia importante al desarrollo  regular de los hijos.  Según datos publicados por el Centro de Investigación por Asuntos de Iualdad, 7 de cada 10 mujeres que se dirigieron a las  estructuras para mujeres maltratadas, eran desempleadas y con hijos.  Las condiciones económicas, junto con la falta de servicios y de estructuras sociales, las hacen comprometerse para permanecer en una relación conyugal  violenta. Al revés, hay parejas que se divorcian típicamente para integrarse en la ley de  hogares hiperendeudados. 

El KKE lucha por una serie de  derechos sociales relativos a la clase obrera y el pueblo (laborales, de seguridad social,  de jubilación, de protección médica y farmacéutica) sin discriminaciones  según el género, la orientación sexual, la raza, la  religión. Consideramos que las exigencias del movimiento popular y obrero cubren ciertos de estos problemas que alegan las parejas homosexuales, por ejemplo por la imposición, el subsidio social por los hijos independientemente del estado civil, la pensión para todos con más de 60 años.  

Otros asuntos, por ejemplo, de sucesión, pueden regularse a través de convenios de derecho privado, de contratos.  Además, que uno se entere de asuntos relativos a la salud del otro se puede tratar de forma privada, en el marco de convenios de derecho privado, así como  por las modificaciones necesarias en el Código Civil, afín de que cualquiera, si no desea  que sus familiares tengan autoridad sobre estos asuntos, asigne con una autorización privada una persona cercana para regular tales asuntos. 

Con el desarrollo de la sociedad capitalista y sobre todo con su  abolición futura y con la formación de la sociedad socialista-comunista, se tienen que formar de todas formas  nuevas relaciones entre los dos géneros que quieren tener hijos.  De todas formas, la revolución social, que empieza con la victoria de la revolución política socialista, con la conquista del poder obrero, incluye la modificación radical progresiva de todas las relaciones sociales, incluso de las relaciones de los dos géneros y de los padres con hijos.  La sociedad regulará estas relaciones en la nueva base social y económica y, sobre todo en la sociedad  comunista inmadura, la sociedad socialista, el estado obrero dará expresión legal respectiva a estas relaciones. 

La experiencia histórica de la construcción socialista en el siglo probó que el primer estado obrero que se formó en Rusia Soviética arrasó todas las leyes antiguas que mantenían o fortalecían la desigualdad de los dos géneros, que sometían a la mujer al hombre en la familia y dio importantes saltos  en la vida social y económica, y también en la legislación para fomentar esta obra revolucionaria.  Por ejemplo, uno de los primeros decretos del estado socialista era la libertad de divorciarse a los dos cónyuges 2 .La importancia de estos saltos se revela aún más si se toma en cuenta la realidad social (retraso precapitalista, en las instituciones, percepciones etc.) que heredó el nuevo poder de Rusia zarista.  

Tal como constataba Lenin, «la igualdad ante la ley todavía no es igualdad en la vida». Es decir que, la obra principal del poder socialista, junto con las regulaciones legales que llegan en esta fase no como una confirmación, sino como un primer paso, es la reformación total de la sociedad, que dará un nuevo contenido en las relaciones entre los géneros, sus lazos sentimentales, la opción por la formación de una familia y de hijos. 

Los nuevos valores y percepciones se establecen progresivamente  al nivel que se  establecen las relaciones comunistas.  En esta base se revolucionarán las percepciones sobre las relaciones de los dos géneros, sobre las relaciones entre humanos, tal como todos los sentimientos e ideas de la gente.  Intervienen nuevas reglas entre las obligaciones del individuo ante la sociedad, que llevan a la revolucionarización de las relaciones también dentro de la familia.  Sin embargo, la lucha del antiguo contra el nuevo es un recorrido lento y difícil, ya que la profundización en las nuevas relaciones de producción y de distribución influencia con cierto retraso la conciencia y las percepciones y prácticas establecidas por siglos.

Este proceso crea la base para una reforma total de la familia y de los lazos familiares, de la relación entre individuo y sociedad, entre sociedad e individuo para el verdadero renacimiento de las relaciones entre los dos géneros, de los lazos sentimentales y familiares que desarrollan. Desde la eliminación de todos los factores económicos que juegan un papel determinante en el capitalismo para la creación de una familia, queda el terreno para el desarrollo libre de las relaciones mutuas libres entre hombre y mujer. El tema de la opción de una pareja de convivir, se vuelve un caso completamente privado, en la base de la atracción corporal, mental, psíquica o de cualquier otro tipo.  Esta  unión no se influye por otros factores y por eso dura por todo el tiempo que dicha atracción dura. El único motivo es el amor mutuo.

Un elemento básico de la regulación de  estas relaciones en una nueva base es la posición igualitaria de la mujer, su protección según las necesidades particulares que surgen de su papel en el proceso reproductivo, su liberación de la esclavitud del hogar individual, la garantía de tiempo libre por su participación igualitaria en la organización y la dirección de la producción social.  Esto es lo realmente radical y progresista y no lo que se proyecta hoy por todos los que defienden al sistema capitalista, que no sólo reproduce la  desigualdad social,sino también la desigualdad entre los dos géneros. 

El desacuerdo del KKE ante la modificación del Convenio de Unión Civil y más particularmente ante su extensión   a las parejas homosexuales, surge del papel y del desarrollo de la institución de la familia, de su papel en la reproducción de la especie. Punto de partida de nuestra posición es la opinión de protección social completa de los hijos y la garantía  de condiciones más  favorables para su desarrollo corporal, mental y psíquico, a la medida que esto es posible en el capitalismo.  En la formación de nuestra posición tomamos en cuenta también toda a planificación que empezó en 2008 con el establecimiento del Convenio de Unión Civil para las parejas heterosexuales que está claro que tendrá  continuidad  (aparte de la votación de dicho proyecto-ley) en la dirección de la  adopción de hijos por parejas homosexuales.  Con estos criterios repetimos que no estamos de acuerdo con la extensión de  la institución de la familia a las parejas homosexuales, ni mucho  menos con el establecimiento de la posibilidad de adopción o de uso  de la Reproducción Asistida.

El origen biológico del humano es resultado de la relación sexual entre hombre y mujer que como tal interesa y se regula por la sociedad.  En la unión de las parejas homosexuales, objetivamente el hijo, desde los primeros años determinantes de su vida, obtiene una percepción distorsionada de esta relación biológica entre los dos géneros. La percepción correcta de esta relación un componente necesario por su desarrollo  psicológico, corporal y social. 

Y este resultado no cambia por el hecho de que en el matrimonio heterosexual  puede que hayan algunos elementos reaccionarios, violencia familiar y otros subproductos de la sociedad explotadora, que pueden crear condiciones negativas en el crecimiento del hijo.  De todas formas, en esta base se  produjeron también las desigualdades entre los dos géneros, así como los comportamientos  opresivos del hombre hacia la mujer y muchos más. 

Dado que problemas sociales y comportamientos duraderos tienen su origen en la división clasista de la sociedad (y todo lo que  surge de esto a nivel de relaciones y de percepciones sociales), este peligro no se puede evitar ni en el caso de crecimiento de hijos por parejas homosexuales.  Al contrario, en este caso los peligros se intensifican por la percepción distorsionada de la relación biológica , sin que esto signifique que el hijo de un homosexual será en todo caso homosexual.  El desarrollo de las funciones psíquicas del hijo durante el proceso de asimilación indirecta de los principios que  dominan en un período  histórico, se hace a través de los  contactos sociales directos del hijo con los adultos.  A continuación se asimilan en su conciencia. Consecuentemente, la familia, el  ambiente social, amistoso, escolar, familiar más amplio, influyen.

De todas formas, la confusión en si sobre las relaciones entre los dos géneros se conecta directamente, sin  determinarse completamente por esto, con los problemas y las relaciones de las parejas heterosexuales y la transitoriedad que existe hoy en este tema en relación con el pasado. Cada opción que se presenta como individual, incluso de la llamada orientación sexual, no puede desvincularse de las condiciones sociales en las que  se  adopta.  Cualquier opción no puede, por ejemplo, no influirse por fenómenos socialmente determinados, como las percepciones reaccionarias sobre la mujer, la violencia familiar, las experiencias negativas de los hijos de su  desarrollo con parejas heterosexuales etc.  Estos problemas no sólo crean confusión  sobre las relaciones entre personas del mismo género, sino también situaciones  y comportamientos negativos en las relaciones entre personas de género diferente. 

De lo anterior, concluimos  al que el mismo fenómeno tiene un carácter completamente diferente en los distintos niveles del desarrollo social.  En ningún caso, por ejemplo, no se puede  comparar la homosexualidad o la  amfisexualidad en las condiciones actuares de dominación capitalista, con el fenómeno correspondiente en Grecia  antigua o en otros lugares y períodos (que no se pueden presentar en el marco del presente articulo, aunque son  bastante conocidos).  Esto no significa que no  existen  aspectos individuales comunes entre si, sino que estos aspectos comunes no son determinantes por la expansión y los rasgos del fenómeno en los distintos períodos.

La manera anticientífica  de abordar este fenómeno social no se limita sólo en la  comparación antihistórica de las relaciones entre humanos del mismo o de diferente género en distintos períodos del desarrollo de la humanidad, sino se expande en la equiparación del comportamiento de los animales con el de los humanos, que se está intentando a través de la proyección de fenómenos «homosexuales» en las relaciones sexuales etre animales.  

En conclusión, el KKE considera que la orientación sexual es un caso privado, tal como la unión.  La orientación sexual, la relación sexual o la satisfacción de la sexualidad no produce derechos sociales. El establecimiento del Convenio de Unión Civil  por las parejas homosexuales es en realidad una expansión de la institución de la familia a estas parejas también. La experiencia de otros países prueba que, donde el Convenio de Unión Civil o el matrimonio entre homosexuales se establecieron, abrió el camino a la  adopción de niños. 

Al mismo tiempo, el KKE condena y está sumamente en contra de cualquier comportamiento o práctica contra personas según el criterio de sus preferencias sexuales.  Considera inaceptables no sólo los ataques, sino también cualquier  comportamiento  ofensivo en general.  Por eso estuvo de acuerdo en el Parlamento con el reglamento que prevé un castigo estricto para estos comportamientos. 

La razón por la que el KKE existe en esta sociedad es la aglutinación de los oprimidos, aparte y sin contar las existentes  diferencias entre ellos, en todos los aspectos de la vida social y privada, en una orientación de conflicto con el capital y su poder, teniendo como fin el derrocamiento de la sociedad capitalista y la construcción de la sociedad  comunista sin clases.

 

NOTAS:

1. En un período de agudización del ataque antipopular del gobierno de Hollande, medio millón de personas participaron en estas movilizaciones, apoyando uno u otro polo del conflicto.

2. En el marco de una sociedad que se basa en el desarrollo de vínculos de unión libre entre hombre y mujer, la libertad de disolución del matrimonio no significa disolución de los vínculos entre los ex maridos-padres y de los hijos, sino un nuevo fundamento de estos.  En la URRSS  habían algunas reglas para el  matrimonio y su disolución. La nueva pareja hacía una solicitud para tener un matrimonio civil y después de 6 meses había la firma entre las dos partes con la ceremonia matrimonial correspondiente. Consideraban que esta prórroga de 6 meses ayudaba a la pareja joven de adaptarse a la idea de la unión.  Todas las bodas después de la  revolución  socialista que se  celebraban con ceremonia religiosa  y no había  habido el proceso correspondiente en el registro civil local no eran reconocidas porque la Iglesia estaba separada del estado.  Correspondientemente, para el divorcio deberían pasar 6 meses después de la solicitud en el registro civil local, para que la pareja examinase si habían posibilidades de seguir con la unión.  Había un servicio de consulta correspondiente para los dos cónyuges.  Después del divorcio, los dos padres tenían responsabilidad común para la educación del  hijo.  Se determinaba una forma de manutención al esposo/la esposa (regularmente la mujer) que tenía la  custodia básica de los hijos.